Este es mi próximo fic, no será de mucha duración pues solo tengo pensado un blog para este. A vista de que estoy a punto de terminar uno, hago este porque se me ocurrió una idea que quiero plasmar en Metroid xD.
Si bien, finalizando este y las demás historias vendrá otro fic de escalas mayores, como el primero que hice de tres blogs (y el extra que no ha sido terminado). Disfruten.
Sinópsis[]
Esta historia sucede después de la amenaza del Parásito X. La Federación Galáctica se ve sumida en una batalla contra un grupo terrorista, distinto de los Piratas Espaciales, llamado "Ascensión". Pronto se descubrirá que resulta ser una amenaza más grande de lo que se creía, y aquí entrará Samus Aran, quien tendrá que averiguar los planes de esta organización. Puede que estos objetivos vayan más allá que simplemente causar terror...
1. Operación Minera[]
NOTA: En esta historia, por diversas circunstancias, Samus recupera su Traje original y no usa el Fusión.
Todo comienza cuando ocurre un incidente en el planeta Yinder, un planeta colonizado por humanos que anteriormente se encontraba deshabitado. Sin previo aviso, fuerzas hostiles desconocidas atacaron una de las ciudades y comenzaron una operación minera bajo ella. Este grupo pronto se identificó como “Ascensión”. La Federación Galáctica lanzó una contraofensiva como respuesta, pero fracasaron debido a que estos terroristas empleaban tácticas de guerrilla desconocidas, o muy poco usuales, para los Marines; además casi todos los soldados enemigos se encontraban en los túneles cavados por ellos, y las tropas federales desconocían las rutas.
Sin darle importancia a los objetivos de Ascensión, la Federación pidió ayuda, una vez más, a la conocida cazarrecompensas Samus Aran debido a su experiencia en túneles subterráneos como los que tenía Zebes o SR388. Y fue un día cuando Samus se encontraba frente a varios altos oficiales del ejército en una sala de reuniones del cuartel general, donde se le informó cada detalle sobre su misión y lo que conocían del enemigo.
- - Bienvenida al consejo militar de la Federación. No tenemos tiempo para formalidades, así que iremos directo al grano. – dijo un soldado.
- - Como habrás escuchado en los medios, un grupo terrorista llamado Ascensión ha invadido la ciudad 4 de la colonia Yinder, y con ello comenzaron excavaciones bajo la ciudad; no tenemos idea de lo que estén buscando, pero debe haber alguna razón, y puede que no sea nada bueno. – explicó un general.
- - Nuestros intentos para repelerlos han fracasado, ellos emplean tácticas a las que nosotros no estamos acostumbrados, aunado a ello poseen un armamento que puede rivalizar al nuestro. – explicó un coronel.
- - El único enemigo conocido capaz de fastidiar así a la Federación son los Piratas Espaciales. ¿Seguros que no están relacionados con ellos? – preguntó Samus.
- - Hasta donde sabemos no existe ninguna relación, hace un tiempo que no se sabe casi nada de los Piratas. – respondió el mismo coronel.
- - Como sea, eso no es lo relevante ahora, sino destruirlos, y tú eres nuestra mejor opción. Tu misión es entrar a esos túneles y sabotear cualquier operación, del resto nos encargaremos nosotros. – explicó el general. – Si lo logras, podrás llevarte 3’000’000 en efectivo.
Samus comenzó así su nueva misión. La nave cazadora sobrevoló a la altura suficiente donde ningún radar enemigo podría detectarla, y desde ahí Samus analizó el terreno: la ciudad estaba rodeada por montañas boscosas en todas sus direcciones salvo una, que conectaba a la costa; lo mejor era infiltrarse desde las montañas ocultándose en los árboles. Entonces, Samus saltó de su nave desde las nubes y fue cayendo rápidamente hacia la superficie, y a unos metros de tocar suelo, ella amortiguó su caída con sus Botas de Salto Espacial, aterrizando en medio del bosque sobre la montaña.
Observó a su alrededor y no encontró ninguna amenaza, pero al ver el suelo descubrió marcas de un vehículo terrestre que guiaba hacia un lugar del bosque, entonces Samus siguió la pista y llegó a un puesto de control vigilado por dos guardias humanos y protegido por una malla ciclónica, así que ella trepó un árbol para tener mejor vista. Estos soldados portaban un uniforme y no una armadura de batalla como los Marines o los Piratas, en otras palabras, usaban una chaqueta y pantalón del mismo color, botas militares cafés y guantes sin dedos, todo esto junto con un Rifle de Asalto de origen desconocido, un cuchillo largo en el cinturón
- - No parecen estar tan bien equipados como decían. - pensó Samus, pero su atención pronto de desvió más allá de estos guardias, pues vio que la malla ciclónica rodeaba una estructura pequeña construida sobre el suelo. Sin haber otra cosa alrededor era obvio lo que era: un túnel que muy seguramente dirigía hacia la ciudad, además las marcas del vehículo terminaban en lo que parecía ser una puerta doble. - Desde ahí podría llegar fácilmente a Ciudad 4, bien, aquí vamos.
Sin darle tiempo a su enemigo, Samus disparó contra los dos guardias y se acercó hacia la entrada, que voló en pedazos con ayuda de un Misil, para ver que era un camino iluminado por focos incrustados en los muros de tierra. Sin más preámbulos Samus avanzó cuidadosamente, encontrando en su camino sistemas de seguridad que fueron destruidos fácilmente y soldados que no fueron rivales para ella, también escuchó sonidos lejanos de maquinaria y voces, creyendo así estaba cerca de la ciudad.
- - Habla Samus, estoy despejando los túneles. A lo lejos hay ruido, creo que estoy llegando a la ciudad. - comunicó Samus a los cuarteles a través de su transmisor.
- - Recibido. Prosigue con precaución. - respondió una voz femenina.
Samus aceleró su paso y por fin había llegado, pero lo que encontró fue algo completamente inesperado. El camino había terminado y daba paso a un paisaje subterráneo, ¿qué había ahí? Ruinas, pertenecientes a una civilización desconocida, que se encontraban a cientos de metros debajo de Ciudad 4. En este lugar muchos mineros y trabajadores, apoyados con Robots de Trabajo y vigilados por soldados, realizaban las excavaciones haciendo mostrar cada vez más y más lo que quedaba de esas ruinas. Debido a la oscuridad, habían muchas luces iluminando toda el área.
- - Aquí Samus. Cuartel General, ¿ven esto? - preguntó Samus.
- - Ruinas... Creíamos que Yinder era un planeta limpio, pero creo que nos equivocamos. - respondió la misma voz de antes, y tras un breve silencio volvió a hablar. - Samus, escucha, sospechamos que Ascensión no está solamente en busca de tesoros perdidos, debe haber algo más que les interese a estos terroristas aparte de la fortuna que pueden encontrar.
- - Estoy de acuerdo, además debemos saber cómo ellos supieron de la existencia de esta ciudad... - Samus interrumpió lo que estaba diciendo, pues notó arriba una especie de robot observándola, tras un par de segundos supo que era un robot de vigilancia, pero fue demasiado tarde y la alarma resonó en todo el lugar. - ¡Me descubrieron! Me encargaré de todos ellos y descubriré lo que sucede.
- - ¡Resiste, nuestras fuerzas llegarán lo antes posible! - respondió la voz.
Oleadas de soldados como los del puesto de control, llamados Guerrilleros, dispararon contra Samus en un intento de detenerla, pero ella se las ingenió para contrarrestar el ataque escondiéndose detrás de muros y pilares para evitar el mayor daño posible; mientras luchaba, Samus pudo notar que todos los enemigos eran humanos y autómatas, algo raro pues no era común ver grupos armados compuestos enteramente por hombres. Los trabajadores, por su lado, corrieron despavoridos a causa del tiroteo con el fin de salir hacia la superficie.
Al ver que las Guerrillas estaban a punto de rodearla por completo, Samus disparó un misil a una torre que colapsó a causa del impacto, aplastando a varios soldados y frenando su avance desde su lateral, y aprovechó esa salida para entrar y ocultarse dentro de un edificio, y luego disparaba desde una ventana.
- - Ahora veo por qué la Federación tuvo problemas. - comentó Samus a la vez que disparaba su Rayo.
- - ¡Resiste un poco más! - exclamó la voz.
- - Tranquila, podría estar así todo el día... ¿eh? - Samus pudo ver, a lo lejos, un convoy de camiones equipados con torretas escoltando un vehículo de carga, escapando todos hacia la superficie. - ¿Qué razón hay para proteger hasta los dientes a un simple transporte? ¡Voy tras ellos! - dijo Samus a punto de salir de su escondite.
- - ¡Lanzacohetes listo! - avisó un Guerrilla con una bazuca, apuntando hacia la ubicación de Samus.
- - ¡No lo harás! - exclamó Samus disparando su rayo contra dicho soldado, desviando así la trayectoria del torpedo hacia un montón de barriles de combustible, ocasionando una gran explosión que consumió a muchos Guerrillas.
- - ¡Buen trabajo Samus! ¡Hemos llegado! - dijo la voz.
Tanques ligeros y varios Marines tomaron los túneles, y comenzaron a expulsar a Ascensión de las profundidades de Ciudad 4; los Guerrillas, ante tal situación, no podían hacer otra cosa mas que luchar en vano. Samus presenció esto desde su posición, pero pronto sentiría una presencia a su alrededor, y fue cuando detrás de ella apareció una criatura mecánica.
- - ¿Qué es eso? Un momento... esa armadura... - Samus observó a la criatura: medía el doble de lo que ella, su carcasa era parecida a la del Traje Climático pero mucho más voluptuosa y de colores diferentes (gris plateado de distintas tonalidades), en lugar de un casco era una cabeza robótica, pero por algún motivo se le podía ver un cerebro y ojos orgánicos, en su brazo derecho tenía un cañón tipo "Gatling" que, en lugar de disparar energía, disparaba balas de alto calibre. - ¡Eres un plagio barato! - exclamó Samus irritada al ver lo que consideraba una vil copia, y se preparó para una nueva batalla.
El robot disparó varias ráfagas contra Samus, que ella pudo evadir con facilidad, entonces la heroína respondió con disparos de su Rayo que solo hicieron retroceder a la copia, pero no le hizo casi nada. La máquina mostró otra arma en su arsenal: una ventisca de nitrógeno que podía congelar lo que tocara, saliendo desde una rejilla ubicada en su abdomen; Samus reaccionó tarde y quedó parcialmente congelada, momento perfecto para que su enemigo le disparara con el cañón, pero la cazarrecompensas se transformó en Morfosfera y se liberó del hielo antes de que fuera acribillada.
En esta forma, Samus depositó tres bombas en los pies del robot que lo derribaron, luego disparó un Misil en su pecho ocasionando que la armadura de esa zona quedara destruida, de esta forma se pudo revelar un corazón orgánico que bombeaba sangre a las arterias del cerebro.
- - Un ser biomecánico. - pensó Samus.
El robot estuvo a punto de contraatacar con su cañón, pero sin perder tiempo, Samus disparó su rayo contra el corazón de la criatura, y de este modo fue como la derrotó, pues instantaneamente cayó al suelo. Derribado, de sus ojos salieron luces holográficas que Samus pudo escanear.
- - ¿Por qué me lo muestra? - pensó ella. - Veamos lo que dice. - Leyendo los textos, Samus descubrió información muy útil que mostraba secretos acerca de Ascención y sus motivos, pero justo al terminar de leer se activó una bomba del interior de la máquina. Samus se apartó y no quedaron restos del enemigo.
- - Habla Cuartel General. Hemos vencido, Samus. - informó la voz femenina.
- - No hay tiempo para celebrar, hay algo que deben de ver todos. - dijo Samus.
Y así fue como la Federación recuperó Ciudad 4, expulsando a Ascensión y llevándose a algunos prisioneros para interrogación. Esto parecen ser excelentes noticias, pero nada más lejos que la realidad, pues lo peor estaba por venir.
2. Proyecto "Chozo"[]
Después de la victoria, la Federación ocupó el pequeño campamento subterráneo de Ascensión para asegurar la ciudad antigua, se levantó también una pequeña prisión para los terroristas capturados. Algunas personas de alto rango de la Federación también llegaron al lugar para reunirse con Samus, puesto que obtuvo información valiosa del robot que derrotó anteriormente.
Samus y otros ejecutivos se reunieron, entre ellos el presidente de Yinder y la mujer con la que se estaba comunicando Samus, identificada como la Teniente Gontier.
- - Voy a ir al grano. Tras enfrentarme con una criatura biomecánica, este dejó revelar un documento que pude almacenar en mi base de datos. Escuchen todos, según esto, el cerebro detrás de todo es alguien llamado "Fhjir", no dice si es su nombre real o cuál es su especie, pero sí menciona que existe un Cuartel General donde se encuentra él. - explicó Samus.
- - ¿Un Cuartel General? ¿¡Dónde!? - preguntó el presidente.
- - En este planeta. - respondió Samus.
- - Pero eso quiere decir que Ascensión tuvo sus orígenes aquí. - comentó Gontier. - ¿No hay más información? ¿Sus objetivos, sus próximos movimientos...?
- - Solo menciona que Ascensión planea "algo grande" a corto plazo, muy corto plazo. - respondió Samus.
La reunión fue interrumpida cuando un Marine entró a la sala de reuniones improvisada (improvisada porque todos estaban adentro de lo que parecía una casa de piedra) y avisó que uno de los prisioneros iba a desvelar información sobre Ascensión. Samus y los demás fueron a una sala de interrogatorios, improvisada también, y ahí estaba el "policía bueno" frente al reo, un Guerrilla con las manos atadas con esposas láser.
- - El prisionero fue identificado como Rod Mason, nacido en la Tierra y que hasta hace poco vivía en Daiban antes de desaparecer misteriosamente según reportaron sus familiares y conocidos, creo que ahora sabemos dónde se encontraba hasta hoy. - explicó el Marine de antes.
- - Todos los enemigos a los que me enfrenté eran humanos también. - dijo Samus.
- - Quien sea el líder de Ascensión, sabe que los humanos son más numerosos en la galaxia y son más fáciles de contratar, en especial si son desempleados o gente de peligro, como delincuentes. - explicó Gontier.
Luego de una breve pausa entre el entrevistado y entrevistador, las preguntas por fin dieron lugar, poniendo todos los presentes su atención en lo que el prisionero iba a decir.
- - ¿Por qué te uniste a Ascensión? - preguntó el oficial.
- - Me pagan bien, mejor que si entro en el cuerpo de Marines. Creo que es una pregunta muy obvia. ¿No crees? - respondió el prisionero.
- - ¿Solo eso? De acuerdo. Ahora hablemos de tu función como soldado de Ascensión, debes de ser bueno con las armas como para que te reclutaran, o por alguna otra razón has permanecido adentro. - dijo el oficial.
- - Hasta hace poco, cuando se construyeron los túneles, me transfirieron para vigilar a los trabajadores que hacían las excavaciones, estas personas son soldados de nuestra organización, pero recibiendo una pena por infligir nuestras reglas o cometer actos prohibidos. Gracias a ustedes muchos de ellos han escapado. - respondió el reo.
- - Hasta hace poco, dijiste. Lo que me interesa es lo que hacías antes - especificó el oficial.
- - Yo era un guardia en los Laboratorios de I+D. - respondió.
- - ¿Laboratorios de I+D? - recalcó el oficial.
- - Parece que estás interesado, bien, te diré lo que sé. Existen dos complejos, uno se encuentra en las montañas nevadas al norte donde yo realizaba mi función, y la otra es una estación Subacuática, la que fue abandonada por el gobierno de Yinder tras considerarse un fracaso total; nosotros modificamos esa planta de energía y ahora la utilizamos para desarrollar nuestras propias armas biomecánicas. - respondió.
Samus escuchó lo que dijo el prisionero sobre las armas biomecánicas. ¿Podría ser que ahí se fabricaban criaturas similares a la que ella se enfrentó? El interrogatorio siguió con su curso.
- - Dame más detalles sobre dichas armas. - dijo el oficial.
- - Se que son máquinas que funcionan con cerebros y órganos humanos, de este modo obtienen una inteligencia y reflejos mejores que los robots enteramente mecánicos. Es un rumor, pero se dice que nuestros prisioneros son utilizados para elaborarlos. Por cierto, puede que la cazarrecompensas que nos observa lo haya notado: estas armas están basadas en el Traje que tiene puesto. Esta operación recibe el nombre de "Proyecto Chozo" y todo va perfecto. - explicó el prisionero.
- - Proyecto Chozo... - pensó Samus, y recordó que los Piratas intentaron replicar sus armas en el pasado, volviendo a suceder lo mismo pero con otra facción.
- - ¿Qué es lo que quiere Ascensión? ¿Qué esperaba obtener de estas ruinas? - preguntó el oficial.
- - Es información altamente clasificada, ni siquiera yo lo se. Sólo se que antes de que tu gente llegara, logramos cumplir nuestra misión: la extracción de un artefacto antiguo que seguramente ya fue asegurado. Posiblemente la llevaron a nuestra base de operaciones, la base submarina. ¿Quieres escuchar otro rumor? Se dice que son cuatro artefactos similares, y con el que obtuvimos hoy nuestro jefe ya tiene tres de ellos. - explicó el reo.
- - Tu jefe se hace llamar Fhjir, ¿no? Dime todo lo que sabes de él. - dijo el oficial.
- - Casi nunca se muestra ante nosotros, pero nos ha cumplido todo lo que prometió y eso es motivo suficiente para seguirlo en su misión. Algo es cierto, él no es humano, pero fuera de ahí no se más. - contestó el prisionero.
Las declaraciones de Rod, el reo, sirvieron para que la división de inteligencia de la Federación hiciera su próxima jugada contra Ascensión, entonces el interrogatorio finalizó, el oficial estuvo a punto de retirarse de la sala hasta que fue detenido por Rod.
- - ¿No se pregunta por qué confieso todo lo que sé? - preguntó Rod.
- - Porque pensaste que así consideraríamos dejarte libre. ¿No? Pues no importa, disfruta de tu celda. - respondió el oficial, pero volvió a ser detenido por Rod antes de que se retirara.
- - ¿No quiere escuchar una última revelación? Puede que no, pero esto le interesa a ellos allá afuera, y a su arma secreta: la cazadora. Nuestro líder, Fhjir, planea "reestablecer la gloria de su gente". No tengo idea de qué quiere decir eso, pero tengo un muy mal presentimiento de todo, y prefiero estar lejos cuando eso suceda, aunque sea encerrado. - respondió Rod.
Samus escuchó lo último que dijo Rod antes de ser escoltado por dos Marines. Muchas preguntas surgieron en su cabeza y éstas guiaban hacia más preguntas. "Reestablecer la gloria". ¿Tendrá algo que ver con el supuesto artefacto que recuperó Ascensión de esas ruinas? Samus pensó en que sus dudas se responderían si seguía participando en esa misión, algo que los mandos de la Federación le pidieron, a lo que ella aceptó a cambio de otros 10'000'000 en efectivo.
La Federación planeó su próxima jugada: se optó por atacar el laboratorio I+D ubicado en las montañas nevadas, pues debido a su ubicación Ascensión puede enviar productos terminados y ensamblados a sus distintas células en el planeta, además de ser capaces de atacar cualquier ciudad desde esa dirección. Un día después de liberar Ciudad 4, la Federación atacó con sus Cazas Stiletto a las posiciones defensivas que custodiaban la fábrica, dando entrada libre a las fuerzas en tierra, salvo por pequeñas excepciones que no fueron problema. Si, algo en lo que Ascensión fallaba era en su nula capacidad de responder contra ataques aéreos, algo en lo que se salvaron anteriormente por estar ocultos justo bajo una ciudad.
Después de asegurar el exterior, Samus y varios Marines asaltaron el laboratorio. En el camino se enfrentaron a olas de Guerrillas y otros soldados con armadura muy similar a la de los Marines salvo por el color azul que tenían, éstos tenían mejor experiencia en combate y costaba más trabajo enfrentarlos, pero a pesar de su presencia la Federación siguió ganando terreno.
En este punto Ascensión liberó sus prototipos ocultos: robots del Proyecto Chozo que fueron desplegados para repeler al intruso, eran iguales como al que Samus se enfrentó en las ruinas, pero para los Marines iba a ser tarea difícil de eliminarlos. Samus decidió entonces ir hacia el centro de mando para detener el despliegue masivo de esas armas biomecánicas, pero su camino se vería obstaculizado no solo por los Humanoides que seguían apareciendo, sino también por otras criaturas de la misma naturaleza. Una de ellas era el Cefalobot, una cabeza humana cuyas únicas partes orgánicas eran el cerebro, los ojos y la piel que los rodeaba, el resto estaba mejorado por recubrimiento metálico, dos cañones de energía que disparaban una imitación del Rayo, un par de tentáculos para combate cuerpo a cuerpo y dos propulsores que le permitían volar y suspenderse en el aire. Un número considerable de estos seres intentaron detener a Samus, pero ella tenía experiencia con voladores de alta maniobrabilidad y pudo destruirlos, y tras ver los Cefalobots destruidos solo podía pensar en los experimentos que Ascensión hacía con humanos, esto la motivó más a destruir ese laboratorio.
En su camino se enfrentó a otro tipo de ser, la Biotorreta, una máquina bípeda con un ojo y boca orgánicos, un blindaje metálico y un cañón de calibre .50 en su cabeza que podía atacar tanto a enemigos en tierra como en aire. Estas criaturas contaban con un arma especial: una imitación del Rayo de Plasma de alta potencia, pero sin su poder perforante; esta arma podía ser disparada del ojo y tenía como consecuencia el sobrecalentamiento y destrucción del usuario, por lo que era un arma de suicidio de último recurso. Samus derrotó a varios de ellos, y a pesar de recibir un impacto de ese Rayo de Plasma pudo levantarse como si nada y continuar. Era claro, las armas de Ascensión todavía estaban lejos de las originales de Samus.
Y siguió así, cruzando laboratorios y talleres de armas, derrotando a cada enemigo que se encontraba, para después subir unas escaleras que daban hacia el centro de mando; sin embargo se detuvo antes de entrar, pues desde una ventana vio que algo ocurría dentro de la sala. Samus observó y escuchó a tres hombres, dos de ellos eran Tropas de Choque (los soldados con armadura parecida a la de los Marines) y el otro era distinto, no tenía ninguna armadura, solamente un traje completamente blanco con una capa negra, y portaba una máscara extraña, pues tenía forma de un cráneo humano que cubría casi todo el rostro salvo la mandíbula inferior del sujeto y los ojos.
- - ¡Señor, nuestras armas no logran frenar el avance de la Federación, además cuentan con la cazarrecompensas! - informó una Tropa de Choque.
- - Den a todos el aviso de retirada, hemos cumplido lo logrado, la Federación ha perdido tiempo en atacar este lugar y nosotros lo hemos ganado. ¡Vayan! - ordenó el sujeto de la máscara, y en seguida los tres soldados se arrodillaron ante él para después irse por otra salida a dar el aviso a sus compañeros, todo esto lo observaba Samus y a su vez la teniente Gontier junto a otros oficiales federales, todos ellos intrigados por lo que vieron y escucharon.
- - Por lo visto ese hombre parece ser alguien importante, será mejor que lo interrogue. - avisó Samus a Gontier.
- - De acuerdo. – respondió Gontier.
Samus destruyó la puerta con un Súper Misil, y en nada aparecieron varios Cefalobots para detenerla pero ella los destruyó a todos a la vez con una Bomba de Energía, en eso el sujeto de la máscara se giró para ver a la cazarrecompensas.
- - Tu debes ser Samus Aran, si, eres exactamente igual a como te describen. – dijo el hombre.
- - ¡Tu! ¿¡Quién eres!? – le preguntó Samus, apuntándole con su cañón.
- - Mi nombre es Fhjir, comandante en jefe de Ascensión, seguramente ya sabías de mí. – respondió Fhjir.
- - ¡Ja! Por fin te encontré, ahora me dirás todo lo que quiero saber, eso si quieres vivir. – dijo Samus con un tono amenazante.
- - ¿Quieres respuestas? Tendrás que ganártelas. ¡A ver cómo le haces con nuestro nuevo juguete! – dijo Fhjir pulsando un botón de un dispositivo ubicado bajo su capa. El muro detrás Fhjir se congeló súbitamente y fue derribado por una fuerza física, entonces se mostró un gusano mecánico gigante cubierto por un grueso blindaje, con los números 001 tatuados de color blanco, y cuya cabeza parecía una flor abierta pero con picos y un cañón en su interior.
- - Modelo 143-ASCN-001. Nombre Clave: “Metacryo”. ¡Comienza el ataque! – recitó Fhjir, a la vez que se apartó de entre el Metacryo y Samus, comenzando así una batalla.
El Metacryo atacó primero disparando desde su cañón interno el Rayo Enganche, agarrando a Samus en el acto, entonces la jaló a su interior y cerró su cabeza dejándola atrapada. El gusano dio un salto hacia el suelo, cayendo desde varios metros de altura desde la fábrica hasta enterrarse bajo tierra; el Metacryo siguió andando bajo tierra con intención de lastimar a Samus, pero ella recargó su cañón y lo disparó, forzando al gusano a salir a la superficie y a soltarla. El gusano volvió a levantarse y disparó con una versión del Rayo de Hielo que, en lugar de disparar ráfagas individuales, disparaba continuamente un láser frío que congelaba todo lo que tocaba. Samus se transformó en Morfosfera para evitar este ataque y se le acercó a su enemigo para depositar una Bomba de Energía que lo dejó aturdido, entonces aprovechó para dispararle con el Rayo de Plasma y con esto pudo destrozar parte de su blindaje. Tras herir a la criatura, Samus supo que en realidad era un Gusano de Arena modificado, y cuando el Metacryo volvió en sí, su cañón se iluminó y su cuerpo se agitó, lanzando así varias Bombas veinte metros a su alrededor, por lo que Samus saltó para evitar las explosiones y estando en el aire aprovechó para disparar un Súper Misil a la boca del gusano (que seguía arrojando Bombas), destruyéndolo así por completo; entonces Samus aterrizó y tras eso una tormenta nevada azotó el área de batalla.
- - ¿Ah? - Samus rápidamente sintió una presencia sobre ella, era una figura humanoide flotando y en seguida supo que era Fhjir a pesar de que la tormenta nublaba un poco su vista.
- - Felicidades, superaste el desafío, y como lo prometido es deuda te dejo este PDA que podrá serte útil. Da igual, para cuando lo leas será demasiado tarde. ¡Nos volveremos a ver! - se despidió Fhjir elevándose al aire y desapareciendo entre la tormenta de nieve.
La batalla finalizó, Samus derrotó al Metacryo y saboteó las operaciones en la fábrica, a la vez que la Federación tomó control de esta y de todo lo que había en su interior. Mientras tanto, Samus tenía el PDA que Fhjir le otorgó y fue cuando decidió escanearlo para ver su contenido.
3. Artefactos Ancestrales[]
La Verdad
Todo comienza hace muchos años. Nosotros, los Místicos, eramos una próspera civilización que habitó este mundo, siendo conocidos en el cosmos por nuestros poderes sobrenaturales. ¿Cómo obtuvimos este don? Los mensajeros, los Chozo, supieron nuestro talento oculto y nos enseñaron a despertarlo y a dominarlo, fue cuando aprendimos a usar habilidades mentales como la telepatía, el vuelo, entre otros; no solo eso, también nos brindaron tecnología que nos ayudaría a nuestra calidad de vida. En su honor hicimos ciudades parecidas a las suyas, incluso no había diferencia entre su tecnología y la nuestra, pero como aún eramos nuevos en ese campo no la podíamos dominar bien y era inferior. Con el tiempo crecimos como un pueblo próspero... hasta la llegada del Meteorito.
Este cuerpo celestial no era común, era inusualmente grueso que ninguno de nuestros poderes y armas podía hacerle daño; fue cuando yo, Fhjir, decidí despertar al Amo. ¿Quién es él? Es aquel que nos salvó a tiempo de la catástrofe llevándonos a un sueño profundo en otra dimensión, hasta que nuestro mundo se regenerara por si solo, pues nosotros no seríamos capaces aun con todo nuestro poder. ¿Que por qué no detuvo él el meteorito? Ya era tarde, así de simple. Para despertarlo fue necesario abrir su crisálida con ayuda de los cuatro artefactos sagrados, que se dispersaron luego de ser utilizados: el artefacto del fuego, el artefacto del agua, el artefacto de la tierra y por último el artefacto del aire.
Y así esperamos, y cuando llegó el momento el Amo me despertó a mi, pues yo lo invoqué la última vez y me convertí en su mensajero. Me envió a mi mundo para ver que fue ocupado por una raza alienígena similares a nosotros en aspecto físico. Profanaron nuestros templos y están destruyendo lo que tanto se tardó en regenerar, y por ello decidí hacer nuestra jugada.
En treinta años pude estudiarlos por completo, comencé por reunir un grupo de estas personas y al mismo tiempo contacté con los enemigos eternos de estos seres: los Piratas Espaciales. Ellos son aún más despreciables que los llamados Humanos, pero tenemos algo en común: el odio hacia los homínidos; les prometí una de nuestras lunas para sus operaciones a cambio de su financiamiento, pudiendo así contratar un mayor número de soldados y llevando a la creación de nuestras propias bases y laboratorios. El Proyecto Chozo no es otra cosa que mi conocimiento acerca de la tecnología de esta especie que una vez nos visitó y lo usaremos contra los profanadores, luego expulsaremos a los Piratas de nuestra luna.
Así es Samus, no buscamos ninguna conquista espacial ni nada por el estilo, queremos nuestra tierra de vuelta. No permitiremos que otros nos arrebaten lo que es nuestro. Tan pronto como tengamos todos los artefactos se verán forzados a abandonar este planeta, ni siquiera tu podrás evitarlo.
Eso es lo que decía el PDA de Fhjir. Samus, tras leerlo, lo entregó a los oficiales de la Federación y ellos supieron la misión de Fhjir. Desafortunadamente esto llevo a otra duda: ¿Quién o qué es el Amo? Según el PDA se requieren los artefactos para despertarlo y el enemigo ya tenía tres, el nombre y el poder que indirectamente se le describe en la información dada no era para nada consolador, la Federación podría enfrentarse a algo inmensamente poderoso si no intervenían rápidamente.
La Federación seguía desmantelando la base que acababan de atacar, mientras Samus se encontraba sentada sobre una roca pensando acerca de lo que decía el PDA, cuando en ese momento llegó la teniente Gontier.
- - Samus, ¿todo bien? - preguntó.
- - Si, solo descanso un rato. - respondió Samus. - ¿Se te ofrece algo?
- - No, solamente te vi concentrada dentro de tu cabeza y me pica la curiosidad sobre lo que estás pensando, aunque creo que ya se de qué se trata. - dijo Gontier.
- - Si, es sobre lo que decía el PDA, todo ahora queda más claro pero a la vez se oscurecen otros detalles. - dijo Samus.
- - Lo se, muchos están teniendo dudas si seguir con esta batalla, algunos creen incluso que debemos abandonar el planeta y devolverlo a estos Místicos. ¿Qué opinas tu? - preguntó Gontier.
- - Digo que eso no importa en este momento, sino de evitar que Fhjir liquide a miles de personas con esos artefactos. La diplomacia vendrá después. - contestó.
Luego de un breve silencio, Gontier recibió una llamada desde sus manos libres por parte de los oficiales de la Federación. Fueron noticias inquietantes: desde el Mar Dulce, un punto en mar abierto donde el agua no es salada, estaba saliendo un haz de luz que llegaba a verse desde Ciudad 9, la ciudad más cercana a ese mar. Evidentemente su localización coincidía con la estación subacuática abandonada que ahora Ascensión utilizaba como base. Eso no podía ser buena señal, por lo que fuerzas de la Federación comenzaron a movilizarse hacia la base enemiga.
- - Samus, requerimos de nuevo tu ayuda. - dijo Gontier.
- - No tengo problemas con eso, pero... - dijo Samus, pero fue interrumpida por la teniente.
- - Si, si. ¿Quieres otros 10 000 000 a cambio? - supuso Gontier.
- - ... como decía, pero dime lo que está ocurriendo en la otra base enemiga. - completó Samus la frase, pues ya no buscaba más recompensa por la misión, ya que era un asunto que amenazaba la seguridad de miles de personas sobre el planeta y por ello se solidarizó como otras veces lo ha hecho.
En cuestión de horas, ya de noche, seis barcos de transporte, cinco destructores, doce Cazas Stiletto, dos submarinos y un Acorazado que dirigía las fuerzas navales se detuvieron a dos kilometros de la base enemiga, donde una fuerza naval enemiga los esperaba. Comparados con la Federación no iban a tener oportunidad contra ellos, pues mientras la Federación contaba con los vehículos mencionados anteriormente, Ascensión contaba con un solo destructor, barcos civiles pequeños modificados con cañones de alta potencia y el resto eran botes pequeños con Torretas manuales y cuatro Guerrilleros cada uno, sin apoyo aéreo.
- - Señor, hemos confirmado una probabilidad de éxito del 95%. ¿Cuáles son sus órdenes? - preguntó un marino al capitán a bordo del acorazado, desde donde se dirigía toda la operación.
- - Todas las unidades comiencen a avanzar. Que los Stiletto destruyan las amenazas potenciales. ¡Directo a la base! - ordenó el capitán.
Las fuerzas federales dieron el primer movimiento, los Stiletto estuvieron a punto de disparar sus cañones contra el Destructor y los barcos modificados, pero tres de estos cazas fueron destruidos repentinamente por misiles de un atacante desconocido.
- - ¿¡Qué paso!? - dijo el capitán buscando una explicación.
- - ¡Detectamos fuerzas enemigas aéreas, tenemos imagen! - contestó un marino.
- - En el nombre de... - dijo el capitán sorprendido por lo que mostraban las imágenes: eran aves de rapiña comunes en las zonas costeras del planeta, pero tenían modificaciones cibernéticas; Ascensión estaba utilizando a estas aves como unidades de aire con pequeños misiles en sus alas y una bomba aire-tierra cargando en sus patas. Estas criaturas fueron identificadas como Mecasenyts.
En pocos segundos el resto de los cazas fueron destruidos y las fuerzas enemigas comenzaron el ataque. Las aves, a falta de misiles que usaron contra los Stiletto, soltaron sus bombas sobre los submarinos y destructores, dañándolos gravemente a todos. Las torretas antiaéreas de los destructores aliados comenzaron a disparar a los Mecasenyts para evitar sus bombardeos, pero al mismo tiempo estos navíos fueron atacados por los botes y barcos enemigos; las cosas no mejoraban para la Federación, el destructor enemigo soltó sus torpedos acuáticos y hundió los dos submarinos de la Federación que ya estaban severamente dañados por los bombardeos de las aves biomecánicas.
Los botes pequeños se aproximaron a ambas laterales del Acorazado y los tripulantes subieron a este con ayuda de Ganchos: cuerdas de larga longitud que eran disparadas desde una pistola. En respuesta de esto, varios Marines salieron a enfrentar a los invasores y lograban frenar su avance, pero no por mucho tiempo, pues algo inesperado sucedió: los últimos Mecasenyts que quedaban, puesto que la mayoría fueron derribados, volaron en dirección a los Marines y comenzaron a morderlos con sus picos metálicos y a rasgarlos con sus filosas garras.
- - ¡Señor, los blancos aéreos comienzan a concentrar su atención sobre nuestras tropas! - señaló un marino.
- - Algo no anda bien, esas aves arremetieron contra todos salvo esta unidad. Seguramente Ascensión quiere capturarla. - supuso el capitán. - ¡Que todos se retiren de la proa y se reagrupen dentro! ¡Activen todos los sistemas de seguridad, no debemos permitir que se lleven nuestro Acorazado! Los venceremos desde adentro. - indicó, pues un Acorazado no tiene modo de defenderse contra oponentes en aire.
Las unidades aliadas disminuyeron, muchos destructores fueron hundidos y otros no iban a soportar más tiempo a flote, los transportadores se mantenían atrás pues a pesar de contar con una torreta de plasma para defenderse cada uno, no se iban a arriesgar a ser hundidos junto con todos los Marines que debían entrar a la base enemiga. Por lo tanto, el destructor enemigo tenía listo un misil para ser lanzado a otro destructor de la Federación, a punto de disparar fue sorprendido por dos disparos de plasma provenientes del cielo; los tripulantes reconocieron la nave que los atacó: era Samus quien llegaba para dar voltear las cosas a favor de la Federación. La nave disparó de nuevo y hundió el destructor enemigo, además, aprovechando el pánico de los terroristas, Samus hundió la mayor parte de la flota de Ascensión.
- - Acorazado Blue Sea, habla la cazarrecompensas Samus Aran. Fui enviada para apoyar a su flota, cambio. - dijo Samus.
- - Aquí el Capitán Exeter, identidad confirmada. Gracias por la ayuda, nosotros nos encargaremos de las cosas en mar, nuestras fuerzas deben capturar la base enemiga y necesitamos que trabajes con ellos, cambio. - explicó Exeter.
- - Recibido. Comenzando el asalto. - respondió Samus dirigiendo el curso de su nave hacia la estación subacuática.
Los seis transportes de la Federación, con veinte Marines cada uno, se mantuvieron alineados a la Nave de Samus y empezaron a avanzar hacia la base. La única entrada era bajo el agua, y los vehículos de transporte tenían funciones submarinas no tan sofisticadas como las de un submarino, pero lo suficientemente buenas como para navegar a 200 metros de profundidad. Entonces Samus saltó de su nave hacia la parte superior de uno de los navíos y se hundió junto a ellos.
4. Señuelo[]
La central subacuática era circular con cinco puertos de atraque submarinos, de gran tamaño y estaba erigida sobre las más profundas rocas del Mar Dulce a 400 metros, ya que su propósito era suministrar energía a Ciudad 9 y a las comunidades pequeñas que estaban alrededor, a pesar de que funcionó por un tiempo costaba mucho dinero mantenerla en condiciones, esto se debía a la fauna salvaje que vivía en las profundidades del mar y que nunca salen a la superficie; unas criaturas llamadas Sharpjaw, similares a los tiburones pero de mayor tamaño y cuyas mandíbulas podían atravesar hasta los metales más duros del cosmos (de ahí su nombre), ocasionaron el abandono de la estación y se optó por energía solar. Entonces Ascensión aprovechó este lugar para utilizarlo como cuartel general, ahora por razones desconocidas emitía un halo de luz brillante que llegaba a verse fuera del agua, visible incluso en Ciudad 9.
Los transportes de la federación llegaron a la distancia límite de 200 metros y ya no podían continuar, gracias a esto las escotillas de despliegue, ubicadas en la parte inferior de estas naves, se abrieron y los Marines adentro se sumergieron para continuar su avance. Los soldados tenían en la espalda un propulsor acuático que les impulsaba a una velocidad decente y les permitía resistir presiones submarinas; por lo tanto, Samus reguló su Traje Gravitatorio para que pudiera ser capaz de nadar al paso de sus compañeros.
A 300 metros de distancia de la base, Samus detectó movimiento frente a ellos. Era un pequeño grupo de Sharpjaw pero, como era de esperarse, modificados por Ascensión con implantes cibernéticos. Estos tiburones recibieron mejoras en velocidad y aceleraron contra los Marines para devorarlos, los Marines respondieron con disparos pero fueron esquivados por los Sharpjaw debido a que las municiones viajan de manera más lenta bajo el agua, y combinado con la velocidad de estos seres hacían a los rifles un arma poco efectiva.
Fue cuando Samus se adelantó para destruirlos a todos y darle entrada libre a sus compañeros, cualquiera de sus rayos podía viajar normalmente bajo el agua y gracias a esto eliminó a todos los tiburones menos a uno, que la tomó por sorpresa y casi se enganchó a su hombrera izquierda, pero fue alcanzado por el disparo de un francotirador.
- - Gracias. - dijo Samus agradeciendo la ayuda.
- - A ti por la ayuda, debemos seguir. - contestó el francotirador, quien el mismo tiempo era el líder de equipo.
Sin más obstáculos, el equipo siguió nadando y había llegado el momento de entrar; un experto en bombas colocó un explosivo en una ventana rectangular que daba hacia el comedor del personal, todos se alejaron y la bomba detonó. Samus y los demás entraron, pero con ellos también el agua, fue cuando el mismo especialista en explosivos selló la fisura colocando cuatro dispositivos al margen de la ventana, entonces los cuatro dispositivos se conectaron entre si mediante un láser y formaron una barrera de energía que bloqueó el flujo del agua.
Sin perder tiempo, el grupo se separó en tres equipos. El equipo alfa dirigido por el francotirador se encargaría de detener la producción de armas biomecánicas apagando la fuente de energía ubicada en el centro de la estación, el equipo bravo encabezado por el especialista en explosivos se encargaría de colocar bombas en toda la estación para destruirla a la señal del líder de escuadrón (el francotirador), finalmente el equipo charlie tenía que apoderarse de un submarino de transporte con capacidad para 150 personas, de este modo podrían escapar del radio de explosión a mayor velocidad que ir nadando. El plan se elaboró desde antes, por esa razón la flota del Acorazado Blue Sea se encontraba apartada luchando contra Ascensión en mar, para evitar la explosión. ¿Qué iba a hacer Samus? Ella tenía su propia misión: encontrar a Fhjir.
Cada equipo tuvo que lidiar con sus propios enemigos, por un lado habían Biotorretas y Cefalobots, por otro Humanoides y Mecasenyts, por otro Tropas de Choque y nuevos experimentos llamados Moáis, seres mecánicos flotantes de forma circular, enteramente blancos con líneas rojas guiadas hacia el centro, cuya única función era hacerla de escudo para proteger a las tropas que se ocultasen tras de ellas, en otras palabras, eran impenetrables frente a muchas clases de armas.
El equipo alfa, que luchaba contra los Moáis, tenía problemas contra estos mismos, pues ni siquiera los lanzamisiles podían rasgar por lo menos un poco de su extraña aleación. Las Tropas de Choque enemigas abatieron a diez Marines con la ayuda de estos escudos. El francotirador, llamado Kelbaugh, puso en prueba una nueva estrategia contra los Moáis.
- - ¡Artilleros, no disparen directo a los escudos, disparen justo atrás y al lado de ellos! ¡Repito, ATRÁS Y AL LADO DE ELLOS! ¡La onda expansiva matará a esos soldados! - indicó Kelbaugh, para su suerte su estrategia funcionó y las ondas liberadas por los explosivos neutralizaron a los enemigos ocultos detrás de los escudos. Los Moáis no tenían función ofensiva y se limitaron a flotar sin hacer otra cosa, por lo que el equipo los ignoró y continuó su camino, ya estaba cerca del generador de energía.
El resto del equipo lo llevaban mejor, no tuvieron muchas complicaciones, sobretodo porque por razones desconocidas casi no habían fuerzas hostiles custodiando los pasillos y habitaciones de la base; esto inquietaba a todos, incluyendo a Samus, quien también noto la ausencia de enemigos a pesar de que unidades de diversos tipos intentaban detenerla a toda costa, desde soldados humanos hasta experimentos biomecánicos.
- - Posiblemente la mayoría se retiró al ver el fracaso que supuso la batalla naval en el mar, si Fhjir no ha huido aún debería estar en la fábrica de armas. - pensó Samus, quien por cierto estaba cerca de esa fábrica.
Samus no se detenía, atravesaba las líneas enemigas que se le imponían adelante, no dejaba a nadie con vida y destruía todo experimento que encontraba, hasta que finalmente pudo llegar a la Fábrica de Armas Biomecánicas donde, efectivamente, Fhjir la estaba esperando de pié observando un monitor que mostraba una ciudad del planeta.
- - ¡Samus! Te estaba esperando. - dijo Fhjir.
- - ¡Fhjir! ¡No te daré otra oportunidad, ríndete ahora o voy a dispararte! - dijo Samus en tono amenazante, apuntando su cañón directo a su enemigo.
- - ¿Dispararme? ¡Ja ja! Adelante, no cambiará nada. Has llegado tarde, tu y todos los demás invasores han caído en nuestro señuelo. - dijo Fhjir, indiferente ante la amenaza de Samus.
- - ¿Señuelo? - resaltó Samus.
- - La luz brillante que se ve desde múltiples zonas alrededor de este mar, lamento decirte que era eso, un señuelo. Elevamos los niveles de energía de los reactores al máximo de su potencial para hacerles creer que intentábamos algo, por lo mientras nuestras fuerzas principales se empeñaban en encontrar el cuarto artefacto; finalmente lo hemos recuperado, estaba enterrado debajo de una de las colonias humanas que se asentaron, ahora no necesitamos mas de este lugar. ¡Los preparativos han finalizado! - explicó Fhjir, mostrando una sonrisa que se volvió siniestra gracias a su máscara de cráneo.
- - Pero eso quiere decir... ¡la capital! - exclamó Samus.
- - Exactamente. ¿Qué mejor lugar para que los invasores presencien su destierro de nuestro mundo? Mira en esta pantalla, la gente parece estar tranquila y feliz andando sobre las calles o estando con sus familias en sus hogares. ¿Quieres ver cómo todo comienza a arder? ¿Quieres ver como esa alegría se convierte en gritos de desesperación y sufrimiento? - preguntó Fhjir.
- - ¡Deten esto, Fhjir! ¡No tienes ningún derecho en matar a millones de personas! - respondió Samus, quien ya se encontraba enfadada por las palabras de Fhjir.
- - Cierto, sólo me queda un último obstáculo y lo tengo frente a mi. Oye, ¿recuerdas que te dije que el último artefacto lo recuperamos bajo el suelo de una colonia humana? Te preguntarás qué hicimos con las personas que vivían ahí. Los exterminamos a todos, pero dejamos vivir a un pequeño puñado y los trajimos a nuestras instalaciones para procesarlos y convertirlos en armas. - explicó Fhjir.
- - Eres... un completo bastardo de mierda. - dijo Samus, quien en ese punto ya había salido por completo de sus casillas.
Samus estuvo a punto de jalar el gatillo, pero varias compuertas a su alrededor se abrieron y de ellas salieron varias personas: era la gente que Fhjir secuestró de la colonia que redujo a ruinas, entre ellos habían mujeres y niños. Todos ellos se encontraban en estado de alta agresividad por algún motivo, sacaban vapor y espuma de sus bocas y sus ojos brillaban con la luz del ambiente.
- - Justo antes de que llegaras supe que ya no daría tiempo de procesar a estos sujetos, así que les suministré una droga que inhibe el correcto funcionamiento del cuerpo y deteriora permanentemente sus cerebros, esto les da fuerza y los hace insensibles al dolor, además les nubla todo razonamiento y los convierte en bestias salvajes. ¿Qué harás? ¿Matarás a esta gente inocente? Tu decides, nos volveremos a ver. - dijo Fhjir, teletransportándose por medio de un dispositivo que tenía en su traje.
- - ¡FHJIR! - gritó Samus con todas sus fuerzas al dejar ir de nuevo al Místico.
Eran doce prisioneros, todos ellos se abalanzaron directamente contra Samus sin ningún tipo de arma, lo hicieron con sus propias manos. Samus se convirtió en Morfosfera y se apartó de ellos, no iba a disparar a civiles que no tienen nada que ver con el conflicto, así que intentó razonar con ellos.
- - ¡Cálmense por favor! ¡La Federación ha llegado y todos regresarán a sus hogares, ya todo ha pasado! - dijo Samus intentando, inútilmente, calmar a la gente.
Samus aceptó la realidad, Fhjir nubló todo entendimiento de ellos y ya no había solución, pues sus cerebros fueron afectados directamente. Todo el grupo volvió a intentar a atrapar a Samus, ella se preparó para disparar. Inesperadamente las luces de la Fábrica y de toda la estación se apagaron, el equipo alfa había logrado su objetivo, no solo las luces sino toda arma biomecánica que aún seguía activa se desactivó, sorprendentemente también los prisioneros se desmayaron.
- - ¿Qué? - dijo Samus confusa.
- - Samus, habla Kelbaugh. La energía se ha cortado junto con todas las armas, esto último no lo esperábamos. - dijo Kelbaugh.
Samus no respondió, estaba pensando. Activó su Visor de Escaneo y analizó a los doce civiles, descubrió así que Fhjir le había mentido, en realidad les introdujo un dispositivo en sus cerebros que se encontraba ligado con la energía de la base, esa cosa alteró por completo a las personas. Samus creyó entonces que aún había esperanza para salvarlos y regresarlos a la normalidad.
- - ¿Samus? ¿Estás ahí? - preguntó Kelbaugh, pues no recibía respuesta.
- - Si. Escucha, hay doce civiles que Ascensión tomó de conejillos de indias, necesitamos sacarlos de aquí. - indicó Samus.
- - Ya veo, vamos en camino. - respondió Kelbaugh.
Kelbaugh y su equipo llegaron a la posición de Samus y entre todos sacaron a la gente de ahí, el equio bravo, por su parte, había terminado de colocar los explosivos en cada lugar importante de la estación y estaba listo para hacerlos detonar. El que tenía problemas era el equipo charlie, pues lograron encontrar el submarino y lo prepararon para partir, pero fueron interceptados por fuerzas humanas restantes de la base, específicamente Tropas de Choque y algunos Guerrilleros; pero Samus y el resto de los equipos llegaron al puerto de atraque y ayudaron a sus compañeros a limpiar la zona de enemigos. Sin perder tiempo, todos ayudaron a subir a los prisioneros, ya cuando estos estaban adentro los demás Marines también lo hicieron y el submarino partió.
- - Teniente Kelbaugh, estamos listos para detonar los explosivos. - avisó el especialista.
- - Hazlo, antes de que el detonador pierda la señal de las bombas. - respondió Kelbaugh.
La explosión destruyó por completo la base enemiga, en la superficie solo se vio un hongo de agua que movió corrientes del mar. El acorazado y toda la flota vio lo sucedido, inmediatamente el Capitán Exeter recibió una transmisión de los marines que fueron enviados. Por cierto, la tripulación del acorazado logró contener a los enemigos que intentaban tomar la nave.
- - Habla el teniente Kelbaugh, misión cumplida. - dijo.
Al escucharlo, toda la flota gritó emocionada tras destruir el último bastión de defensa del enemigo, esto llevó a creer que Ascensión había sido derrotado para siempre. ¿Fue así?
Refuerzos de la Federación llegaron a la zona de combate al mismo tiempo que los marines en el submarino, se llevaron a los heridos y a los civiles rescatados para tratarlos. Samus por su parte volvió a su nave y dirigió su curso a la capital. A diferencia de los demás quienes cantaban victoria, Samus se mantenía en completa seriedad, pues nada había terminado aún. Samus se comunicó con Gontier para explicarle que lo peor estaba por venir.
- - ¿Gontier? Soy yo Samus, escucha, Fhjir tiene los artefactos, algo planea en la capital. - avisó Samus.
- - Lo se, y no creo que sea nada bueno. - respondió Gontier.
- - ¿Como lo sabes? - preguntó Samus.
- - Será mejor que lo veas por ti misma. - contestó Gontier, mandando una transmisión en vivo del noticiero de Ciudad 9.
Último momento. Hasta hace unos instantes una misteriosa torre de piedra salió repentinamente del suelo en el centro de la ciudad. Las cosas no terminan aquí, después se registraron varias explosiones alrededor de la misma torre, las imágenes que recibimos de una fuente anónima indica que es el mismo grupo terrorista que ha atacado antes otras ciudades y comunidades. Las fuerzas de la Federación llegaron para combatir contra los opositores y están evacuando a los civiles de la zona de guerra, todas las salidas están atascadas....
- - Fhjir... juro que me la vas a pagar. - susurró Samus tras apagar la transmisión.
- - Samus, ven pronto. - dijo Gontier.
5. Ascensión[]
Con ambas bases principales de Ascensión destruidas, todos creyeron que esta organización criminal había llegado a su fin, pero la realidad fue todo lo contrario, lo que se avecinaba era aún peor. La torre de piedra que se alzaba desde el centro de la capital era así: medía un aproximado de 70 pisos, de forma cilíndrica y de color marrón; no era hueca así que no había modo de subir a no ser que fuera trepándola desde el exterior o desde el aire por medio de algún vehículo volador. Desde lugares altos se veía un tenue rastro de luz emanando desde la cúspide, los satélites mostraban imágenes de un sujeto con los cuatro artefactos alrededor de él, debía ser Fhjir.
La batalla final dio comienzo, las tropas restantes de Ascensión junto al resto de armas biomecánicas se resguardaron en cada edificio que rodeaba la torre, se atrincheraron también en los caminos que conducían a ella, intentando protegerla por algún motivo. El ejército de la Federación llegó por tierra con tropas, vehículos blindados y tanques pesados; en el aire con Transportes Hygieia cargados de Marines para liberar cada edificio ocupado. La Federación la tuvo muy difícil esta vez, pues las líneas de defensa enemigas estaban fuertemente armadas, ni siquiera por aire podían abordar la torre porque eran repelidos por decenas de Mecasenyts; no solo eso, civiles que no habían podido escapar eran utilizados por el enemigo como medio de disuasión, los obligaban a salir en medio de la batalla para forzar a la Federación a dar un alto al fuego, mientras Ascensión continuaba con la ofensiva aún si la misma gente moría en el fuego cruzado, eso no importaba, sino las órdenes de Fhjir de proteger a toda costa la torre a cambio de "una gran recompensa".
Samus llegó a las orillas de la capital desde su nave, donde observó el humo proveniente la batalla, la torre de piedra con su luz, las autopistas y demás salidas atascadas por la gente que huía despavorida, las viviendas sin luz ya sea porque las personas abandonaron sus hogares o se ocultaban en ellos esperando con terror el amanecer, también algunas naves pertenecientes a los noticieros de diversas ciudades y planetas manteniendo su distancia mientras grababan las imágenes. Samus abrió comunicaciones con Gontier, quien se encontraba participando en la batalla junto a su sección.
- - Gontier, soy yo, Samus. Estoy por entrar a la zona roja. - avisó Samus.
- - ¡Samus! Que bien que hayas llegado. Es un infierno aquí, estos sujetos están realmente locos y permanecen fieles a Fhjir. - explicó Gontier.
- - Lo veo desde aquí arriba. ¿Hay algún riesgo si voy directamente hacia esa torre? - preguntó Samus.
- - Posiblemente te derriben esos buitres robóticos, hemos intentado abordarla confiando en la escasa defensa antiaérea de Ascensión, pero esas bestias nos lo impiden. Tendrás que llegar hasta ella con la Aceleración y la Técnica Cometa, pero para ello debemos abrir un camino. ¡Encuéntrame en estas coordenadas! ¡00.43.90 poniente, 00.00.90 norte! - explicó Gontier
- - Recibido, voy en... ¡Oh no, ahora no! - exclamó Samus al detectar una docena de Mecasenyts que la perseguían desde atrás.
Las aves dispararon sus misiles contra la nave, Samus en respuesta soltó bengalas y evitó el impacto, para luego girar su nave en 180° y disparar sus cañones contra las aves; destruyó a todas menos a una, que logró escabullirse por arriba de la nave, para después soltar su carga (la bomba que llevan estos robots en sus patas) sobre la parte superior, forzando a Samus a aterrizar a dos kilómetros de distancia de las coordenadas que Gontier le dio, en medio de una avenida abandonada. Samus bajó de su nave y ubicó la localización de Gontier, que además de marcarlo en su radar podía guiarse por los sonidos lejanos de disparos y explosiones, junto al resplandor anaranjado de las llamas producto de la batalla final. Debido al repentino corte de comunicación, Gontier, preocupada, volvió a contactar con Samus para verificar su estatus.
- - ¡Samus! ¿Estás ahí? ¿Qué pasó? - preguntó Gontier, aún preocupada.
- - Estoy bien, mi nave quedó dañada por culpa de esos pájaros, así que aterricé en la Avenida del Sol en lo que mi nave se autorrepara. - dijo Samus reportándose.
- - Me alegro que estés a salvo, ahora tendrás que llegar a pié entonces, llega pronto, te necesitamos. - dijo Gontier.
Después de la conversación, Samus siguió el marcador en su radar lo más rápido que podía, presenciando las calles vacías y silenciosas, de vez en cuando llegando a ver personas que a último momento decidieron abandonar la ciudad, sea en sus vehículos o corriendo en pánico para alejarse de la batalla.
Por el lado del conflicto, el avance de la Federación era lento pero seguro, algo que tenía que mejorarse puesto que había que derribar esa torre y detener a Fhjir de una manera o de otra. La sección de Gontier, autodenominados "Slayers", compuesto de 35 hombres, estaba abriendo un camino a Samus para cuando llegase a la acción, lo hacían bien claro está, pero llegando a cierto punto comenzaron a tener problemas. Los soldados enemigos retrocedieron, pero su lugar fue relevado por tres Humanoides, lo peor es que ellos pertenecían a una nueva serie modificada; estos enemigos se les reemplazó el cañón "Gatling" con un arma de plasma similar al de Samus, su sistema de congelación con un sistema aerodinámico que les permitía volar, además de un Súper Misil en cada hombro, también su blindaje fue mejorado para resistir armas balísticas y de alto impacto (queriendo decir que eran vulnerables únicamente contra armas de alto poder como el Rayo de Plasma o una Bomba de Energía), cubriendo así sus partes orgánicas. Por fortuna, gracias a la destrucción de las bases de Ascensión, se construyeron 20 de ellos, pero tres hicieron aparición frente a Gontier y sus compañeros.
- - ¡Teniente, nuestros escáners han arrojado los siguientes datos! - avisó un soldado de la sección a Gontier, informándole de las características mencionadas anteriormente.
- - ¡Prepárense! Esto se pondrá bueno. - dijo Gontier, esbozando una ligera sonrisa. Hay que mencionar que ella tenía un Cañón de Plasma cargando en su espalda, pero debido a sus especificaciones sólo podía disparar una vez cada tres minutos, así que tenía que esperar el momento adecuado para usarlo.
Los Humanoides atacaron primero con sus cañones de plasma, el equipo contrario se ocultaba en escombros gruesos o en trincheras mientras respondían con sus ametralladoras, para ver que sus balas rebotaban al impactar contra los robots; luego de ese fracaso, dos artilleros, equipados con lanzacohetes doble (podían disparar dos misiles a la vez), dispararon todas sus municiones esperando que eso les hiciera algo, un rasguño siquiera, pero no, los tres enemigos seguían de pié como si nada y en respuesta prepararon sus Súper Misiles.
- - Maldita sea, ¡cúbranse! - advirtió Gontier tras anticipar el próximo golpe del enemigo, momento en que ella y sus hombres se escondieron.
A pesar de la acción tomada por Gontier, ella y los demás resintieron el impacto de esas armas, los Súper Misiles de los Humanoides no se caracterizaban por su poder de penetración, sino por su radio de acción, queriendo decir que cubrieron un gran área de impacto que mató a veinte soldados e hirió a todos los demás.
Gontier sufrió de sordera pasajera debido a la explosión, causando que se desorientara por completo, mientras se recuperaba vio a su alrededor, varios de sus hombres muertos, otro que perdió las piernas y gritaba en agonía mientras se desangraba, otro que auxiliaba a un compañero que tenía medio cuello rebanado, aun sabiendo que ya estaba muerto; luego estaba otra Marine que deambulaba sin rumbo en busca de su arma y para cuando la encontró cayo muerta debido a un traumatismo craneal que afectó su cerebro, y así siguió observando hasta enfocar su atención sobre los tres Humanoides que se acercaban lentamente hacia ellos. Gontier, en lugar de soltar lágrimas, convirtió ese dolor en un sentimiento de ira que le ayudo a reponerse y a tomar su Cañón de Plasma que se le había caído, sin que el enemigo se diera cuenta, Gontier le apunto al de en medio.
- - Esto es por mis camaradas, malditos. - dijo Gontier en silencio, instante en que jaló el gatillo y disparó un potente rayo de plasma que atravesó el blindaje y órganos del Humanoide.
El disparo mató instantaneamente al androide, en eso sus compañeros localizaron a Gontier quien soltó su cañón y esperó a que sus enemigos acabaran con ella, algo que iban a hacer al preparar y apuntar sus cañones de plasma contra la teniente. Lo siguiente es muy fácil de adivinar: antes de que los Humanoides aniquilaran a Gontier junto con el resto de su sección, Samus llegó al rescate y disparó su Rayo de Plasma contra ambos robots, salvando las vidas de toda la sección.
- - Samus... - dijo Gontier.
- - Alcancé a ver la explosión de antes desde lejos, supe que fue en la dirección que me diste y contacté con algunos médicos para que vinieran a atenderlos a ti y a tu gente. - explicó Samus.
- - Gracias. - contestó Gontier.
- - Lamento no haber llegado antes, no te preocupes, Fhjir pagará por todo lo que ha hecho, yo me encargaré de vengar a tus compañeros. Te agradezco el camino que me has abierto. - dijo Samus, observando la torre y preparándose para correr.
Samus comenzó a correr sobre la calle recta que daba hacia la torre, aprovechando que ya no había enemigos en ella, al tomar el suficiente vuelo comenzó a brillar y a aumentar su velocidad enormemente arrasando con todo a su paso. Justo en la orilla de la torre, habían Tropas de Choque resguardadas en los escombros causados por esta, y al ver a Samus aproximarse comenzaron a disparar sus armas, pero no le hicieron nada y Samus, en cambio, los hizo trizas con su velocidad. Samus frenó y, estando enfrente de la torre, pegó un salto activando la Técnica Cometa que le permitió llegar a la cima, donde Fhjir se encontraba esperándola.
- - Samus, te estaba esperando de nuevo, es momento de ver el... - decía Fhjir, pero fue interrumpido por un disparo de Samus y que detuvo al crear un escudo de energía alrededor de él.
- - ¡No más juegos, Fhjir! ¡Morirás aquí! - exclamó Samus, recordando lo último sucedido tras el encuentro anterior.
- - Oh, ya veo, estás molesta por lo de antes. Supongo que encontraste el modo de no matar a ninguno de ellos, de ser así ¿cúal es el problema? - dijo Fhjir.
Samus volvió a disparar otros dos rayos, pero en esta ocasión su enemigo los esquivó al flotar y moverse a un lado, en lugar de protegerse con su escudo.
- - Destruyes pueblos, matas a toda su gente, luego los conviertes en armas a tu servicio. Ahora se que no solo eran soldados penalizados los que se convirtieron en armas, también eran prisioneros que secuestrabas. Nos has forzado a combatir con todos ellos y ni siquiera tenían algo que ver con esta guerra... No mereces ser capturado, ¡debes ser eliminado! - dijo Samus.
- - Tu especie fue la que comenzó a utilizar los recursos que por derecho son nuestros, han mancillado nuestro mundo que tardó en recuperarse después del cataclismo, igual que como lo hacen con otras colonias que poseen, eso no tiene perdón. La humanidad debe ser juzgada por sus acciones. Ahora contempla nuestro regreso... - dijo Fhjir, quien luego se elevó aun más en el aire al centro del escenario y junto con el los cuatro artefactos, que comenzaron a girar alrededor de la orilla de la torre produciendo una especie de campo energético indestructible.
Samus sabía que algo malo iba a pasar, así que disparo de nuevo contra Fhjir, pero también estaba rodeado por un escudo de energía similar al anterior. Los artefactos giraron cada vez más rápido al punto que ya no eran perceptibles por la vista, entonces Fhjir comenzó a brillar y de él salió un rayo de luz verde que se elevó al cielo. El rayo desapareció en segundos, pero del cielo nublado se abrieron las nubes y junto a eso un portal dimensional cuyo interior era totalmente oscuro.
En la zona de guerra, todos detuvieron la batalla para ver con asombro lo sucedido anteriormente, no solo ellos, también toda la gente que escapaba o se encontraba resguardada se quedaron boquiabiertos por el resplandor. En la torre, Fhjir aterrizó al suelo para decir una frase.
- - Recuperemos nuestro hogar, amigos míos. - dijo en voz baja.
Del portal oscuro bajaron centenares de figuras humanoides, de cerca se podía notar que vestían igual que Fhjir salvo por distintos colores y tenían sus mismos poderes, nada más al mostrarse comenzaron a atacar no solo a los Marines, también a los soldados de Ascensión, lo hacían con ataques de energía que podían manipular en sus manos y luego dispararlas, similar a como lo hacían los Fantasmas Chozo. Fhjir traicionó a sus hombres y ordeno su matanza junto a los de la Federación. No solo eso, todas las armas biomecánicas cambiaron al bando de los Místicos, la especie en cuestión. Ante un enemigo en común, y muy poderoso, la Federación y Ascensión (llamado ahora Ex-Ascensión) unieron sus fuerzas para combatir a estos seres.
- - Lo siento, Samus. Parece que la realidad es que todos ustedes están condenados. Pero si te tranquiliza, solamente queremos nuestro mundo, luego de eso los dejaremos en paz. - dijo Fhjir.
- - Los condenados son tu y tu gente. - replicó Samus. - Los Chozo los ayudaron a desarrollar su potencial oculto creyendo que lo usarían para el bien de todo y todos, lo se porque los conozco, viví con ellos y siempre velan por la paz. Si, nosotros abusamos de los recursos de cualquier lado, ¡pero tenemos soluciones para reparar casi todos los daños, estúpido! Pero supongo que eso ya no importa. Lo que importa ahora es detenerte, a ti y a todos los místicos. - dijo.
- - Entonces el tablero está listo. Me toca a mi derrotarte, y para cuando lo haga reestableceremos nuestra gloria. Justo ahora acaba de entrar nuestra era de Ascensión, ¡volveremos a ascender a lo alto, nada nos detendrá! - recitó Fhjir, elevándose en el aire para combatir contra Samus, a la vez que se quitó su máscara de cráneo, dejando ver su rostro humano. - Comencemos.
Fhjir atacó primero, juntando sus manos para cargar un láser plateado de fuego continuo que disparó directo a Samus, ella lo evitó con una pirueta y, estando en el aire, Samus respondió con un Súper Misil que Fhjir pudo cortar en dos al canalizar la misma energía de antes en una espada enérgica que tomó con ambas manos.
- - No está mal, sin duda el espíritu del Chozo existe en ti. ¡Muéstrame más! - comentó Fhjir, retando a Samus.
Por otro lado salían cada vez más Místicos del portal, las baterías antiaéreas de la Federación (Torres Mk XII Hydra) se instalaron sobre los edificios y comenzaron a disparar contra las fuerzas que llegaban y contra los Mecasenyts. Por tierra sucedía lo más interesante, la Fuerza Unida (llamemos así a la unión de la Federación con Ex-Ascensión) era empujada hacia atrás de manera rápida, muchos refuerzos de la Federación, que incluía tanto tropas como artillería pesada, llegaron en ayuda de sus compañeros, pero no fue suficiente. Los místicos empleaban otras tácticas de batalla que desconocían los Marines, el enemigo atacaba en equipos de siete: al frente un Escudero (místicos especializados en barreras de energía como las que hace Fhjir, que rodeaban al equipo en 360°), detrás de él tres Guerreros (infantería básica), detrás de estos dos Paladines (soldados de alto poder, pero por cada ataque tenían que descansar diez segundos) y al final un Curandero (médicos), podían operar tanto en tierra como en aire (por sus habilidades de vuelo); las barreras resistían perfectamente impactos de bajo poder o calibre, mientras que los explosivos podían destruirlas de un par de disparos, pero no era fácil ya que además los equipos eran apoyados por las armas biomecánicas. La Fuerza Unida estaba siendo derrotada poco a poco, de hecho, en cierto punto ya no quedaron más tropas de Ex-Ascensión, pues casi todos estos soldados fueron liquidados en todas las batallas anteriores, y en ese momento ya solo quedaba un puñado que dejó de existir a los pocos minutos de batalla.
Mientras tanto, Fhjir y Samus continuaban en lo suyo. El villano logró acercarse a Samus y comenzó a atacarla con su espada de energía, realizando varios movimientos que ella esquivaba o bloqueaba con su Cañón; Fhjir alzó su espada e hizo un movimiento descendente, Samus lo bloqueó con su Cañón y apartó a su enemigo con una patada en el abdomen, Fhjir no cayó al suelo sino que se elevó inmediatamente en el aire y cargó en sus manos una poderosa esfera de energía, la misma que la que utilizaban los Paladines.
- - Veamos como lidias con esto. - dijo Fhjir.
El místico líder lanzó su ataque más poderoso contra Samus, ella esperaba esquivarlo, pero para su sorpresa la esfera tenía una velocidad impresionante y Samus recibió el impacto, creando una explosión que destrozó un fragmento de la torre. Fhjir, creyendo que había eliminado a su rival, dio media vuelta y se alejó de la torre para reunirse con su gente, pero fue interrumpido por un sonido que provenía del punto de impacto.
- - Impresionante, he de decir. Pero por desgracia para ti, me quedan diez tanques de energía. - dijo Samus, tras salir de los escombros de la torre.
- - Imposible, nadie es capaz de sobrevivir a eso. - dijo Fhjir, asombrado al ver a Samus viva.
- - Sobreviví por una simple razón: Soy Samus. - respondió.
Samus disparó un Súper Misil, en respuesta Fhjir preparó su espada para cortar el misil, pero fue tomado por sorpresa al ver que Samus, en realidad, había utilizado el Localizador; Fhjir solo alcanzó a interceptar el Súper Misil esperando atenuar el impacto de todo el ataque, así que activó su barrera, pero pasó todo lo contrario, el escudo no resistió el resto de Misiles y Fhjir resintió el golpe, haciendo que fuera derribado al suelo; intentó levantarse pero Samus dio un salto al aire, se transformó en Morfosfera, activó la Turbosfera y golpeó a su enemigo, provocando un cráter sobre la superficie. El ataque de Samus no solo malhirió al místico, también dañó un dispositivo ubicado en su traje, éste mantenía activas las armas biomecánicas en función, pero al ser destruido todas se apagaron, momento que la Federación aprovechó para contraatacar. Tras la secuencia, Samus se transformó y apuntó a Fhjir en el rostro, quien se encontraba acostado y desarmado.
- - Bueno, creo que mi misión ha terminado. - dijo Fhjir, aceptando su derrota.
- - Se acabó, Fhjir. Es cuestión de tiempo para que la Federación retome el control de la batalla. - dijo Samus.
Al escuchar lo que dijo la heroína, Fhjir soltó una pequeña risa, que luego se convirtió en una carcajada malévola.
- - ¿¡Qué es tan gracioso!? - preguntó Samus.
- - ¿Has olvidado lo que en realidad hacen los artefactos? ¿Recuerdas el PDA que te di antes? Supongo que si, así que también asumo que sabes que lo mejor está por comenzar. - respondió Fhjir, observando hacia el portal.
Samus también desvió su mirada hacia el cielo, en eso sintió una presencia que se aproximaba desde la oscuridad, en segundos se mostró una criatura de gran tamaño que Samus ya había visto antes, o eso creía.
- - ¡Phantoon! No, espera. - pensó Samus, quien tras observar bien a la criatura descartó que era su antiguo enemigo, aunque compartían muchas similitudes, sobre todo en el tamaño que tenía en la Nave Botella. - ¿Qué es eso?
- - El Amo. Nuestra deidad, una entidad que hemos adorado desde nuestra más remota historia. Aunque si lo prefieres en términos más científicos, podemos decir que es una criatura multidimensional creada a partir de la consciencia colectiva de toda una civilización. Curioso, ¿no? Nuestro creador fue creado por nosotros. Tiene un nombre propio: Enril. - explicó Fhjir.
Enril se mostró por completo, su aspecto es difícil de describir: su cuerpo terminaba en un pico que era rodeado por tres areolas, en su pecho se podían notar decenas de cráneos que expresaban un gesto de sufrimiento, tenía dos hombreras que consistían en tres picos, no tenía brazos ni piernas y estaba rodeado por seis Rage Hands gigantes, su cabeza flotaba por encima de su cuerpo y en lo inferior brotaban una serie de colmillos, tenía un ojo central en su rostro rodeado por seis ojos en el pómulo derecho y dos en el izquierdo.
Los Místicos comenzaron a recitar una extraña canción para dar la bienvenida a su señor, subiendo sus ánimos en batalla y mejorando su rendimiento. Pronto, Enril descendió hacia la torre quedando frente a frente con Samus, una nueva batalla estaba por comenzar.
Oda a Enril[]
Tus ojos nos observan desde el infinito
con tu aura nos cuidas como a tus hijos
de tus manos nacemos nosotros
con tu presencia no nos falta nada.
Lucharemos por nuestros hermanos, pero sobre todo por ti
nuestros enemigos conocerán tu nombre, tu ira
moribundos, estamos cerca de ti, pero no lo vemos!
no tememos al último paso, pues estás con nosotros.
Danos la fuerza para aplastar al invasor
devora sus espíritus y aumenta tu poder aun más!
por ti haremos hasta lo imposible
somos Místicos, tus hijos.
6. Sacrificio[]
El caos se hizo presente, no solo en el campo de batalla, sino entre todos los espectadores que veían con terror a Enril desde los noticieros o desde la misma ciudad. Mientras los místicos vieron su moral aumentada por la llegada de su amo, entre los marines de la Federación sucedió el efecto contrario y de nueva cuenta estaban perdiendo la batalla, a pesar de que las armas biomecánicas quedaron desactivadas. Mientras tanto, una nueva oleada de místicos llegó desde el portal, mismo grupo que se encargó de destruir las defensas antiaéreas que se instalaron sobre los edificios altos.
Samus veía todo esto, sabía que la guerra estaba decidida si ella no hacía algo al respecto. No era seguro, pero quizás si Samus se las arreglaba para vencer a Enril, el líder supremo místico, impediría tanto que él, como Fhjir y su gente ganaran. La cazarrecompensas estaba decidida en cambiar el destino de la guerra.
- - Sientan nuestro lamento, nuestra ira... todos. - susurró Fhjir, después de que Samus dejó de mantenerlo inmovilizado, para luego elevarse en el aire y fusionarse con Enril, entrando en su ojo principal. Después de esto, Samus se preparó para la batalla.
Enril creó un aro de lágrimas de plasma justo enfrente de su rostro, que enseguida las lanzó por separado contra Samus, ella las extinguió todas con disparos de su rayo, pero al terminar, una de las Rage Hands del enemigo se aproximó por la lateral derecha de Samus intentando atraparla, ella lo evitó saltando en el aire, pero al instante notó que otra de las manos estaba por hacer lo mismo por el frente, Samus dejó atraparse pero antes se convirtió en Morfosfera y justo después de que la mano lograra lo cometido, Samus detonó una Bomba de Energía que vaporizó la extremidad al instante, luego de liberarse aterrizó en el suelo de la torre y disparó un rayo de plasma cargado directo al ojo de la criatura, pero el ataque impactó con un escudo de energía invisible que protegía el ojo, un escudo muy parecido al de Fhjir.
- - Oh Samus, no tiene sentido que sigas luchando, nuestro poder no conoce límites, solamente te atienes a una esperanza que no existe. – dijo Fhjir desde el cuerpo de Enril, con una voz completamente distorsionada y macabra, demoniaca.
- - Te sorprenderá las veces que he escuchado lo mismo. Tu, o ustedes dos, no se sobreestimen por ser “dioses”. – dijo Samus, preparándose de nuevo.
Samus analizó el escudo que protegía el ojo, descubriendo que su resistencia se disparó considerablemente, pero su pureza en energía era de un 98%, algo que el Rayo de Ondas era capaz de atravesar; Samus estaba por intentarlo usando ese rayo, pero Enril creó más lagrimas, demasiadas, que obligaron a la heroína a utilizar maniobras evasivas. Aprovechando la situación, Enril creó justo debajo de los pies de Samus una brecha de energía oscura que se elevó hacia arriba como un pilar, ella no pudo evitar este poderoso ataque y, aturdida y lastimada, una Rage Hand la capturo, la elevo al aire justo delante del rostro del enemigo, otra mano se anexó al puño de aquella que tenía a Samus y entre ambas comenzaron a estrujarla con todas sus fuerzas; Samus intentaba liberarse de ambas manos que estaban reduciendo su nivel de energía de manera rápida, mientras lo intentaba sin éxito alguno, vio el ojo principal del espectro que estaba comenzando a brillar en color rojo brillante, por lógica Samus supo que Enril estaba por disparar alguna clase de láser o rayo poderoso.
- - Adiós, salvadora galáctica. – dijo Fhjir, creyendo que por fin se había alzado con la victoria.
Samus no iba a rendirse, ni mucho menos iba a aceptar que su final era ahí mismo, nunca lo hace. A punto de que Enril estuviese por hacer el golpe final, Samus desactivó la pieza de armadura que cubría su brazo izquierdo y pudo liberarlo para luego volver a revestirse con su traje, desactivó el Cañón ubicado en el derecho y lo reactivó en el brazo contrario, recargó el Rayo de Ondas y lo disparó justo en el ojo del dios, causando que este desviara su ataque láser a causa del dolor hacia los edificios de alrededor, cortando y derribando algunos de ellos, además de crear explosiones conforme al paso del láser; las manos, unidas a su dueño, también sintieron el impacto y soltaron a Samus, momento en que ella las líquido con el Rayo de Plasma durante la caída, para luego aterrizar y reubicar de nuevo su cañón en la diestra.
Intentando no darle respiro a la cazarrecompensas, el resto de las manos tomaron la forma de puño y se abalanzaron contra ella, brillando de color azul; Samus las analizó y supo que estaban por explotar justo en el impacto, así que se convirtió en Morfosfera y, con ayuda de la Turbosfera, logró quitarse de en medio justo a tiempo y las manos explotaron en el suelo derribando de esta manera otra porción de la torre, además de que Enril se quedó sin Rage Hands. Ya casi no había terreno liso para combatir, un problema que Samus debía ver como sobrellevar.
- - ¿Decías? - preguntó Samus en tono de burla, ya que el enemigo (o los enemigos) fallaron lo cometido.
Enril soltó un rugido debido a la ira que mostraba, creó brechas en el suelo y soltó decenas de lágrimas contra Samus con tal de poder vencerla de una buena vez, ella en respuesta evitaba estos con la Concentración y aprovechando el terreno irregular de la torre a favor (utilizando algunas irregularidades como protección), junto a esto contraatacaba con rayos cargados de ondas que iban debilitando poco a poco al espectro. Enril se iba agotando poco a poco, no solo por los ataques que realizaba sin cuartel, sino que el láser de su ojo también consumió mucha de su energía, no es todo: el escudo de energía que lo protegía había desaparecido; Samus aprovechó esto y que su enemigo disminuyó el ritmo de sus ataques y comenzó a correr hacia él mientras esquivaba las lágrimas y brechas oscuras, ya estando muy cerca de la deidad Samus saltó justo al ojo principal y se apoyó en el párpado, a la vez que apunto con su cañón directo al punto débil.
- - Adios, místico. - dijo Samus, en referencia a lo similar que había dicho Enril/Fhjir cuando creyeron que habían ganado.
- - ¡SAMUS! - exclamó Fhjir.
Samus recargó su rayo de plasma, luego lo disparó a quemarropa en el ojo del amo, reventándolo y causando que ambos seres fusionados gritaran en agonía y perdieran el control del cuerpo. Samus aterrizó en la torre, pero tras ver que su enemigo estaba descendiendo justo hacia la torre (y por lo tanto sobre ella), huyó de ahí llamando a su nave que ya había terminado de autorrepararse y se alejó a tierra firme.
Los Místicos en la batalla observaron con terror y tristeza cómo su amo y señor fue vencido por la cazadora, vieron cómo iba cayendo poco a poco derribando la torre a su paso, y con ello el portal iba cerrándose impidiendo la llegada de refuerzos enemigos. Enril tocó tierra luego de unos segundos y formó un cráter con la profundidad suficiente como para que su cuerpo inerte no fuera visto a simple vista, luego de esto los místicos cayeron de rodillas y se rindieron ante los Marines, mismos que inmediatamente comenzaron a llevarse a los guerreros enemigos como prisioneros de guerra.
La larga batalla terminó por fin, los Marines cantaron victoria y los rayos del sol dieron inicio a un nuevo amanecer, algo que los civiles tomaron como una señal de salvación, pues muchos esperaban estar muertos antes de ver un nuevo día. La noticia hizo eco en muchos lugares del territorio de la Federación, informando cómo los Marines ganaron la guerra con ayuda de la famosa cazarrecompensas Samus Aran. Este debía ser el final del conflicto... ¿verdad?
Samus fue a buscar a su amiga, Thea Gontier, quien se encontraba descansando en la parte trasera de una camioneta médica, cubierta de vendas en pecho y frente, aun pensando en sus hombres fallecidos por la última batalla en que participó, pero para cuando un médico le informó que Aran la buscaba, Gontier se puso de pié y salió al exterior, donde la vio sentada sobre un contenedor de medicinas, justo al lado de la unidad médica, con su Traje Zero puesto.
- - Hola. - saludó Samus.
- - Hola... - regresó el saludo Gontier.
- - ¿Cómo vas con tus heridas? - preguntó Samus, recordando los daños que Gontier sufrió antes.
- - Bien, algo que otro daño interno que los medicamentos y el reposo deberían encargarse... aunque hay otras heridas que no creo que sanen. - contestó Gontier, recordando, de nueva cuenta, a los soldados de su sección que perecieron.
- - No te preocupes, los he vengado por ti, ahora lo único que debes hacer es despedirte, honrarlos por su servicio y valentía. Pero por ahora debes seguir descansando, o no te liberarás de esos vendajes. - dijo Samus.
- - Supongo. Tu también deberías, luchaste con más esfuerzo que nosotros. - recomendó Gontier.
- - Lo haré, un mes sin trabajar disfrutando el botín de esta misión. - dijo Samus, entre risas.
Una voz detrás de ellas interrumpió a las señoritas, una muy familiar que hizo que Samus borrara la sonrisa de su rostro y activara su traje, era Fhjir en un estado lamentable y que apenas podía mantenerse de pie. - Creo que aun es pronto para descansar. - comentó.
- - ¡Tu! - exclamó Gontier al ver a Fhjir con vida, tomó una pistola de la camilla donde descansaba y apuntó al místico, enfurecida por lo que le hizo a su sección. Otros marines notaron su presencia y también prepararon sus armas.
- - ¡Mira a tu alrdedor, Fhjir! ¡Se acabó! ¡Perdiste! ¿¡Qué más esperas que pase!? - dijo Samus.
- - Nuestro mundo... tal parece que no tenemos el derecho a vivir sobre él. Primero el cataclismo, ahora esto... ¿acaso es nuestro destino no existir en esta vida? - decía Fhjir, tambaleándose por lo herido que estaba.
- - No, Místicos y otras culturas pudieron coexistir entre sí, aun pueden hacerlo, están a tiempo. Aunque tu, por el contrario, lo que te mereces es la peor de las condenas por todos tus crímenes. - explicó Samus.
- - Entonces, aceptaremos nuestro destino. ¡Hermanos! La vida nos ha rechazado, si no podemos vivir en este mundo, ¡nadie lo hará! - exclamó Fhjir, alzando sus brazos en el aire, pero cuando lo hizo una bala proveniente de la pistola de Gontier impactó en su cabeza y lo derribó al suelo.
- - Ya cállate... - dijo Gontier en voz baja, vengándose así personalmente.
En eso, todos los Místicos que fueron capturados comenzaron a brillar en un halo de luz de color azul celeste, los soldados estaban desconcertados por lo que veían, algunos casi entraban en pánico al ver que las luces se separaban de los enemigos y estos caían muertos al suelo. Ya no había ningún místico vivo, sus almas se desprendieron de sus cuerpos, se elevaron al aire y fijaron su rumbo hacia el cráter donde Enril había caído tras su derrota; Fhjir fue el último que hizo lo mismo, su esencia fue hacia el cráter. En eso, un temible rugido proveniente de la zona de impacto alertó a todas las fuerzas de la Federación presentes, supieron de inmediato que la batalla no había terminado aun.
Del cráter comenzó a asomarse un tentáculo blanco de 50 metros, con ventosas, cuya extremidad terminaba en un gancho; luego se asomó otro, y luego otro, contando ocho tentáculos que empezaron a arrastrarse en el suelo, levantando así el cuerpo de Enril transformado, siendo una especie de pulpo blanco con cuatro grandes ojos negros rodeando su cabeza ovalada, con una boca con muchos colmillos que era cubierta por los tentáculos. Enril, con su nueva forma, comenzó a moverse en dirección a la zona residencial de la ciudad, donde una gran parte de la población se encontraba refugiada en los mismos hogares. Moviéndose, Enril estaba derribando lo que quedaban de algunos edificios con sus extremidades y aplastando a todo desafortunado que se encontrara cerca.
Samus y los demás soldados a su alrededor observaron atónitos el espectáculo, fue ahí cuando la cazarrecompensas y todo el ejército recibieron una llamada del presidente de Yinder, informándoles sobre la trayectoria del Amo; todos, aterrados, volvieron al modo de combate y trataron de bloquear la ruta del enemigo con todo el arsenal disponible. Marines, varios Hygieia, y blindados ligeros y pesados en tierra, también Samus; cada uno de ellos disparó con todo al unísono hacia el cuerpo del amo, este entonces emitió sonidos de molestia, a la vez que algo comenzó a moverse del interior de su cabeza, para que luego la parte superior de esta se abriera en forma de flor, expulsando al aire una masa deforme que explotó a cierta altura, liberando de este modo cientos de pequeñas criaturas insectoides muy similares a los ácaros, conocidos como Engendros.
Las criaturas en cuestión eran de tamaño pequeño, el mismo que el de una Esquirla, con resistencia mínima que medio cargador de un Rifle de Asalto podía ser suficiente para perforar sus corazas y eliminar a los bichos, pero el problema era que había un gran número de estos que superaban con creces a las tropas de la Federación, además podían saltar a grandes alturas e incluso algunos tenían pequeñas alas transparentes con las qué volar. Sin embargo, lo más llamativo de ellos era su forma de ataque, saltaban directo a las cabezas de sus víctimas y les drenaban la energía vital de ellos, del mismo modo como lo hacían los Metroides.
Los Marines se cubrían entre ellos sus espaldas, o utilizaban los vehículos blindados para protegerse de los engendros, pero aun así la batalla no era fácil; un Hygieia llegó a ser derribado cuando éste abrió su escotilla para enviar a los ocupantes a la batalla, pero fueron tomados por sorpresa cuando un pequeño equipo de engendros voladores entraron a la nave y drenaron la energía de todos, incluido el piloto, ocasionando que la nave se estrellase adentro de una torre de oficinas. Mientras tanto, Samus, Gontier y otros soldados también hacían lo suyo, movieron varios camiones blindados en tal posición que pudieron formar una barricada e impedir el avance de los insectos, a pesar de que las municiones se agotaban y el enemigo seguía avanzando.
- - ¡Son demasiados! - exclamó Gontier, mientras disparaba con su pistola.
- - De seguir esto así no podremos detener a esa abominación y matará a todos, debo ir a enfrentarlo. - dijo Samus.
- - Entonces ve, nosotros nos ocuparemos de ellos, no te preocupes, nos hemos enfrentado con cosas peores que estos, como los robots de antes. - explicó Gontier.
- - Bien, buena suerte. - dijo Samus.
- - A ti, la necesitarás mas. - respondió Gontier.
Samus llamó a su nave que la abdució al interior de esta, no sin antes de que ella disparara contra un engendro que se abalanzó hacia ella. Tras fijar el curso de la nave hacia la ubicación de Enril, quien se encontraba cruzando las montañas que separaban la zona comercial e industrial con las residencias, Samus preparó los misiles y abrió fuego tras apuntar directamente a Enril, pero sólo lo lastimó un poco. Entonces el pulpo notó la presencia de la heroína, y en respuesta uno de sus ojos fijó en la Nave de Samus y éste comenzó a brillar en una luz celeste, para luego soltar una esfera de energía que se fragmentó en docenas de "discos con dientes de sierra"; Samus pudo maniobrar y evitar los platillos, pero el siguiente ataque de su enemigo, un láser continuo del mismo color que viaja a alta velocidad, pudo perforar la coraza de la nave y destruir el motor. Con la nave inutilizada y perdiendo altura, a Samus se le ocurrió aprovechar ese problema para su beneficio, así que utilizó el escape de emergencia y estrelló su nave directamente al ojo oscuro del pulpo, explotando en el acto.
Samus aterrizó en el suelo, justo enfrente de la deidad aparentemente invencible, momento en que se preparó para la verdadera batalla final, equipando su Rayo de Plasma y apuntando su Cañón hacia la cabeza del enemigo.
- - Sólo somos tu y yo, kraken. - dijo Samus y, en su respuesta, Enril soltó un rugido.
La batalla se dio en las montañas rocosas, Enril atacó primero alzando uno de sus tentáculos, intentando aplastar a Samus con él, pero ella se convirtió en Morfosfera y se apartó con la Turbosfera, aunque no sin antes dejando una Bomba de Energía en el camino, que únicamente le causó dolor al enemigo pero no un daño significativo, a pesar del poder de esta arma.
- - ¡Imposible! Debe tener una debilidad. - pensó Samus al instante de activar su Visor de Escaneo para averiguar cómo podía derrotar a ese monstruo, enterándose así que la criatura era invulnerable contra cualquier clase de armamento que ella poseía en su arsenal, debido a que toda la energía de la especie Mística le daba ese asombroso poder.
La batalla siguió y Samus siguió intentando con sus armas más poderosas, sin éxito alguno, mientras Enril disparaba esferas, discos y rayos de energía, a la vez que trataba de golpear con sus tentáculos. La lucha continuó así por un rato, hasta que Samus llegó a niveles críticos en su energía debido a todo el daño recibido, por ende ya casi no se podía mantener en pié, pero esto no fue impedimento para que ella siguiera peleando, a pesar de la enorme desventaja frente a su enemigo.
Enril sabía de la situación de la cazarrecompensas, es por esto que decidió dar el golpe final aplastando a Samus con un tentáculo; a punto de hacerlo, varios misiles fueron disparados e impactaron en el cuerpo del amo, interrumpiendo su ataque. Los responsables fueron un grupo de diez Stilettos que llegaron para ayudar a Samus, y el líder del equipo era alguien que ella conocía: Adam, con un cuerpo cibernético recubierto con piel artificial, dándole el aspecto que tenía justo antes de su muerte en la Nave Botella. Esta pequeña flota se dedicó a desviar su atención de Samus hacia ellos.
- - Perdón por hacerte esperar, señorita, pero desde que me separaron de tu nave a este cuerpo ya no he podido saber mucho acerca de tus actividades. - dijo Adam, a modo de disculpa.
- - Disculpa aceptada, Adam. Es bueno verte de nuevo, aunque no se si lo sabes, pero esos cazas no serán capaces de hacerle daño a este pulpo. - advirtió Samus.
- - Eso mismo nos dijo el ejército que se encuentra ahora mismo luchando en el centro de la ciudad, nos explicaron que le dieron con todo y no le hicieron nada, pero parece que hemos encontrado la solución a este problema. - dijo Adam.
- - ¿De verdad? ¿De qué se trata? - preguntó Samus, completamente interesada en escuchar la clave para enfrentar al enemigo.
- - Esa criatura, Enril, no muere por una simple razón: funciona a base de la energía vital de todos los Místicos que se sacrificaron para revivirlo, eran muchos de ellos y esto le dio un poder fuera de lo común. Si pudiéramos absorber toda esa energía y usarla en su contra, Enril quedaría completamente vulnerable. - explicó Adam.
- - ¿Cómo haremos eso? - dudó Samus.
- - Dejaré caer un contenedor a tu posición, eso es la respuesta. - respondió Adam.
Mientras la caja caía, Samus la destruyó con un disparo cargado del rayo y una mejora contenida en ella cayó sobre ella, anexándose a su arsenal, era el Rayo Enganche, Modo Energía.
- - Creo que ahora sabes lo que tienes que hacer. - dijo Adam.
- - Si, es hora de terminar con esto.
Samus consiguió una mejora que no había utilizado desde la crisis del Phazon, una versión del Rayo Enganche que tenía la cualidad de drenar y dar energía a cualquier criatura, sin embargo este modelo tenía algo diferente: la energía absorbida podía canalizarse en el Cañón para disparar un rayo con un poder recíproco a lo drenado.
Samus fijó a uno de los ojos de Eneril y lo enganchó, luego comenzó a quitarle energía que utilizó primero para restaurar sus tanques, luego siguió así hasta que su Rayo se convirtió en un nuevo tipo de Hiperrayo, mismo que disparó al ojo que quedó completamente destrozado por el impacto, chorreando un líquido marrón que parecía ser su sangre. Enril soltó un grito aterrador, momento en que comenzó a mover furiosamente sus tentáculos con la intención de volver a aplastar a Samus, pero ella pudo saltar sobre uno de ellos, y cuando éste se alzó, Samus se separó del tentáculo y cayó justo enfrente de otro de sus ojos, repitiendo de nuevo el mismo procedimiento hasta reventarle el glóbulo.
- - ¡Está funcionando, sigue así! - dijo Adam, animando a Samus.
El espectro perdió el control de si mismo y empezó a utilizar todos sus ataques disponibles, alterando por completo el terreno de la montaña y amenazando con causar un deslave que pondría en gran peligro a la población refugiada. Sin perder tiempo, Samus se encargó de destruir el último par de ojos, debilitando por completo a la deidad, instante en que los cazas dispararon todos sus misiles, para luego dejar que Samus diera el golpe final.
- - Adios, Fhjir, Enril. - dijo Samus, accionando el gatillo que disparó un rayo de plasma cargado que atravesó de lado a lado la cabeza del pulpo.
Enril comenzó a gritar de dolor, a la vez que se desintegraba en partículas celestes que se estaban elevando al aire, luego de unos segundos se quedó quieto y la desintegración comenzó a acelerarse, hasta no dejar ningún rastro de la criatura. La batalla final terminó.
Toda la Federación se enteró de la noticia, los medios informaron que el evento, que pasó a la historia como el "Surgir de Ascensión", concluyó definitivamente con grandes pérdidas humanas y materiales, los Engendros del amo desaparecieron junto con él al momento de morirse, salvándose así las vidas de muchos soldados, incluida Thea Gontier y su sección; Yinder entonces volvió a la paz y solo quedaba reconstruir lo destruido, además de buscar gente desaparecida durante el conflicto que aún había esperanza de que estuvieran vivos.
Los Místicos, ellos solo querían el mundo para sí solos, no iban a aceptar en compartirlo con una sociedad que lo estaba masacrando de nuevo tras recuperarse de un cataclismo. Fhjir tenía razón en cierta parte, algo que el gobierno de la Federación tomó en cuenta y comenzó a cuidar mejor no solo de Yinder, sino del resto de sus territorios. Sin embargo, su ceguera por la ira fue lo que los condenó al final, la única solución que contemplaron en ese estado fue la guerra. Debemos encontrar todas las salidas posibles a un problema, eligiendo la mejor de ellas que vele por el bien de todo y todos, algo que tanto místicos como humanos aún tenían/tienen que aprender.
Epílogo[]
Adam, tras ayudar en la guerra, volvió a servir en la Vixin como comandante, perdiendo de nuevo el contacto con Samus, aunque pronto se reencontrarían en algunas misiones que involucraron a ambos, pero no son de mucha importancia.
Thea Gontier continuó en servicio en el ejército, enterró a sus camaradas caídos, despidiéndose de ellos, luego fue condecorada con la estrella dorada, honor que se le otorga a los soldados que han mostrado un coraje y esfuerzo sin igual en batalla, haciendo que también se le ascendiera al rango de Capitana. Pronto, Gontier restableció su sección con nuevos reclutas, que estuvieron a punto de desertar por el intenso entrenamiento que ella les imponía, pero al final permanecieron a su lado.
El presidente de Yinder renunció a su puesto, lamentando los daños que no pudo ser capaz de evitar en su mandato durante la guerra. Se desconoce su paradero, pero algunos reportan que lo han visto trabajando en los Astilleros Federados de Aliehs III como ingeniero.
La gente rescatada de la base submarina se les fue removidos los implantes de control mental, se recuperaron y fueron reasignados de nuevo a su colonia donde vivían, reconstruida y mejorada en comparación con antes.
Un mes después, Samus decidió pasar unas vacaciones usando su recompensa que obtuvo por su servició en la guerra pasada, hospedándose un rato en una ciudad turística de Daiban, famosa por sus mercados, playas, lagos, y un largo etcétera. La cazarrecompensas pronto encontrará una nueva misión, pero por ahora se olvida de todo problema externo que implique su contratación.
Fin